Partiendo del análisis de diversos estudios fallidos por los cuales se intentó demostrar que el resfriado común era producido por una infección vírica, Almudena Zaragoza realiza una interesante exposición sobre la inconsistencia de la acusación de patogenicidad que lleva más de un siglo dirigiéndose contra los virus, concluyendo que el SARS-CoV-2, al ser un virus quimera creado en laboratorio, tal vez podría ser patógeno, pero que, por su naturaleza, sólo puede dañar las celulas humanas a través de la inoculación directa en el organismo.
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